Quién no recuerda, cada momento importante de la vida de su hijo, no sólo desde que nace, sino exactamente desde el momento en el que conocemos la noticia de que lo llevamos dentro.
Miriam, nos manda este relato, en el que resume todas esas emociones desde el principio, desde que supo que su pequeño Mateo, estaba en su tripita.
Lo difícil fue tomar la decisión de cuál era el momento en el que deseábamos tenerte, lo demás fue la época más bonita y especial de mi vida…Aún tengo tan nítida la imagen de cuando me enteré de que estaba embarazada… parece que fuera ayer y ya han pasado casi 2 años… fue en Enero del año 2012, estábamos acabando las navidades y solo quedaban por llegar los Reyes Magos, y en mi cabeza solo tenía un pensamiento: “Que buen regalo sería…el mejor de mi vida”, pero aún así tuve la paciencia, aún no se como la conseguí, de saber esperar a confirmar la noticia… Recuerdo perfectamente como invitamos ese año a los abuelos a comer a casa por el día de Reyes y como les acompañamos al teatro a disfrutar de su regalo en una sesión con Arturo Fernández (uno de los favoritos del abuelo Lolo, como se ríe con él!!!).
No fue ese día sino al día siguiente cuando decidí que ese era el momento en el que tranquila y después de todos los días de fiesta quería saber si estabas tú en mi tripita…. Así que me levanté, sin despertar a papá, despacito…. Desayuné tranquila y fui a la ducha, y llegó el momento que estaba esperando con tanta ilusión…
…SIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII!!!!!! SIIIIIIIIIIIIIIIIIII!!!! Cariño estabas ahí!!! Y yo sola sin saber qué hacer, si reír, si llorar, me salía todo a la vez!!!! Me miraba al espejo una y otra vez y no hacía más que taparme la cara con expresión de sorpresa y muuucha muchaaaaa felicidad, que diferente todo en un segundo… VOY A SER MAMÁ!!!! No hacía más que repetirme….
Y que era lo siguiente y no podía esperar más???? Decírselo a PAPÁAA!!! Así que muy despacito me tumbé a su lado y le abracé por detrás, muy bajito le dije… “Vas a ser PAPÁ” y su cara y su abrazo lo dijo todo, no hacía falta decir más.
A partir de ahí sorpresas a la familia, a la abuela Lala, su cara de sorpresa no la había mejor!!! Y de ahí pasó a la emoción, no podía ni imaginarlo, que su hija que nunca había dicho nada le estuviera diciendo que iba a ser mamá!!! Todos contentos, pues íbamos a compartir embarazo y aventuras con los tíos, que también esperaban a la prima para 3 meses antes que tú.
Los amigos no podían creerlo, algunos ni nos imaginaban con un bebé en brazos, vaya sorpresa que se llevaron todos, Virginia no podía parar de llorar….y yo con ella…
Lo recuerdo todo tan especial Mateo… las visitas al médico, las ecografías donde nos dejaban verte, la alegría de ver como ibas creciendo fuerte y sano, lo bien que nos han tratado en todo momento, cuando mi amiga Rut me dijo que su apuesta era “Un niño “y como acertó!! , como iba creciendo la tripa cada semana, las primeras pataditas que diste y no eran al balón… Y Papá… papá el mejor del mundo, él hizo que cada día que te esperábamos fuera un día especial, te hablaba cada noche al irnos a dormir, nos acompañaba a todas las visitas que teníamos al médico, no se perdió ni una!!! Y mira que la abuela y Virginia siempre me decían… si no puede ir, yo te acompaño!!, me hizo sentir como la persona más especial que había en el mundo, y para él lo era, claro, “llevaba a su bebé”.
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También fue muy especial el poder compartirlo con mis amigas del baile, como se alegraban con cada foto de mi incipiente barriguita que llegó a ser “colosal”… con cada ecografía, con cada mil y una pruebas por las que tienes que pasar en un embarazo, sus consejos, mis preocupaciones, inquietudes… me ayudaron muchísimo muchísimo esa es la verdad!</div> |
Y después de 9 meses, en el lenguaje ginecológico: después de 39 semanas y 4 días… un 8 de Septiembre me desperté a las 9.00 de la mañana, ya solía dormir con bastante incomodidad… noté que las sábanas estaban húmedas y una sensación extraña… sabía que en cuanto me levantara de la cama…. Efectivamente había roto aguas!!!!, desperté a papá: “ ya cariño, creo que ya … ya ha llegado el momento…”
Con una tranquilidad inusual en mi, en la situación… nunca sabes cómo vas a reaccionar hasta que llega el momento, y como tantas veces me habían repetido, se ve que me quedé con la lección bien aprendida ( aunque en papá no es algo extraño ): “estaros tranquilos, desayunad como cualquier día, incluso mejor… ducharos, preparad todo con mucha tranquilidad, no hay ninguna prisa, las que son mamis por primera vez tardan muchas horas en dar a luz”, y que razón tenían!!!, Así que cumplimos a raja tabla cada uno de los consejos y a las 11.00h estábamos aparcando nuestro coche muy cerquita del hospital donde naciste.
Nos dirigimos a la zona de Urgencias donde nos habían indicado en la visita que tuvimos al hospital 2 meses antes, y en la que nos explicaron paso a paso, como proceder cuando llegara el día. Que buen día aquel!!
Me llevaron a la visita con la ginecóloga para que me revisara y viera como me encontraba, papá esperaba fuera, aún no estaba cerca el momento, porque aunque es verdad que había roto aguas, aún no había llegado el momento de la dilatación, la parte más importante de este proceso, así que nos dejaron una habitación que bien podía ser un hotel, por la limpieza, decoración, baño, amplitud…en el que nos acomodamos para disfrutar de la espera.
Los abuelos Lolo y Lala venían de camino, ya imaginaba yo a mi madre, nerviosa como un flan pidiendo prisa a Lolo para llegar cuanto antes para estar conmigo…tranquila mamá…
Pues sin ningún tipo de acelerador artificial, comenzaron los dolores de las contracciones, al principio suaves y fácilmente soportables pero que a poco a poco subían en intensidad y cada menos tiempo, papá iba calculando y me avisaba cuando llegaban los dichosos 3 minutos!!! Entre el sillón de la habitación y pasillo arriba pasillo abajo fueron pasando las horas…
Yo me encontraba fenomenal, hasta me dieron de comer un buen menú, los nervios no me permitieron acabarlo al completo pero si al menos coger fuerzas para cuando llegara el momento, y las iba a necesitar!!!
Me eché hasta un sueñecito, Lala me acompañaba en el sofá, Lolo daba paseos y paseos, papá mientras reponía fuerzas…
Si no recuerdo mal, a cosa de las 18.00 h de la tarde más o menos me volvió a visitar la matrona, ya estaba dilatada de 3 centímetros, “prepárate, una duchita que nos vamos a dilatación”.
Recogimos todo, una duchita que me sentó a las mil maravillas y allá que nos dirigimos… La sala de dilatación es la misma donde al final nacen los bebés, solo hacen unos pequeños cambios en la cama y listo… recuerdo que hacía muuuucho muuucho frio!, me pusieron calorcito… bien!!! Y comenzó el desfile de médicos, primero el anestesista con sus 2 enfermeras, en un momento llegué a dudar si ponerme la epidural, aunque me aconsejó la matrona que si, pues los dolores aumentaban muy considerablemente hasta llegar a la dilatación completa, y gracias a Dios que la hice caso!!!... un pinchacito y ya estaba lista!!! Se acabaron los dolores!! De momento….
Empecé a tener escalofríos y muuucho frio, y por mas que ponían la calefacción no se me pasaba, luego en cambio muuuuuuucho calor… papá se acuerda perfectamente de este momento, todavía nos reímos mucho, a falta de abanico, me estuvo dando aire con una servilleta!!! Para la próxima vez no se me olvida un buen abanico en la maleta!!!
Los dolores volvieron y tuvieron que darme otro poquito de anestesia, que ahora dudo si fue buena idea pues se me durmieron tanto las piernas que para hacer fuerza después… dios mío que difícil!!!
Sobre las 23.00 de la noche ya estaba de 8 centímetros!!! Guauuuuu, hasta los 10 centímetros no quedaba nada ya… me visitaban de vez en cuando… la enfermera, la matrona que ya era otra distinta, estaban todos los del turno de noche ) el ginecólogo…
Y llegó el momento… me dijo el ginecólogo que debía de empezar a empujar… dios mío…. Papá y yo nos reíamos porque nos explicaron cómo hacerlo y se fueron todos!!! Ahí nos dejaron solos a los dos en la habitación… pues nada habrá que obedecer… respirar hondo…. Y empujar con todas mis fuerzas!!!! Y así una y otra vez… una y otra vez… respirar hondo…..hasta que de repente asomaste la cabecita!!!!!! Entraron ya como un equipo bien organizado: ginecólogo, enfermeras, matrona… todos dándome ánimos. Me hicieron tocar tu cabecita para que viera que ya estabas ahí!!! Que ya quedaba muy poquito para verte, para tenerte en mis brazos… Venga Myriam ya está aquí Mateo, un poquito más… otro poquito más… venga!!! Papá a mi lado siempre…con su tranquilidad habitual y una sonrisa.
Con una gran maniobra del chico joven que tenía delante, el ginecólogo, la 1.20 h de la madrugada ya de un día 9 de Septiembre, y por fin te escuché llorar!!!! Y enseguida estabas encima de mí… buscándome porque ya tenías hambre… o simplemente buscabas calorcito, quien sabe… pero muy rápidamente me escalaste y llegaste a mi pecho…
Miré a papá, luego a ti… y las lágrimas empezaron a caer…nos besamos…