Es increíble como algo tan sumamente pequeño puede tener tanta fuerza para cambiar tu forma de ver las cosas, para dar prioridad a aquellas que antes ni pasaban por tu mente y que ahora son las que marcan tu día a día.
En mi caso hay dos seres diminutos, que con su nacimiento la primera de ellos hace tres años llenaron nuestra casa de alegría, y trajeron consigo un cambio al hogar, ya no hay orden establecido, tampoco hay mucho tiempo para ello, madre y padre trabajadores fuera de casa, que además tienen dos hijos, y que además viven fuera de la ciudad donde trabajan todos los días, por tanto el tiempo para dedicarse a la casa es el justo.
Y más justo aún, cuando tus preferencias y lo más importante son tus hijos, está claro que una casa ha de estar ordenada y limpia, no solo para uno mismo, pero pensando en los peques es lo que mejor les viene, tenerla limpia y ordenada si, tenerla como una patena no es tan obligatorio, me refiero:
Hay que dedicarle un tiempo a organizar el lugar en el que se vive, pero hay que dedicarle mucho más a los que viven en él, y esto me lo ha hecho aprender mi pareja y mucho más mis hijos, los cuales me reclaman constantemente, algo lógico…porque soy su madre y quieren pasar tiempo conmigo y como es normal, yo con ellos.
Tengo muy claro que estos años se pasan muy deprisa y que nunca van a volver, por eso quiero exprimirlos al máximo, y disfrutar de cada segundo, de cada minuto, de cada hora de sus días.
Así que mamis y papis, no agobiaros tanto con la casa, dedicarle únicamente el tiempo necesario, porque todo lo demás ellos son los que lo necesitan.
Y es ahora cuando empiezo a contaros, a relataros todas esas cosas tan divertidas y chulis (como le digo yo a mi niña) que vamos a ir haciendo, por eso mi inspiración para abrir este blog, son mis enanos, ellos, los que roban mi tiempo a quienes yo se lo entrego con todo mi corazón.
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